ICTUS: INCIDENCIA
El término ictus definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1978 como un "sÃndrome clÃnico de origen vascular, caracterizado por signos de alteración focal o global de las funciones cerebrales de rápida evolución, que perduran más de 24 horas o provocan la muerte".
El ictus es un trastorno brusco que altera la función de una determinada región del cerebro. Son trastornos que tienen en común su presentación brusca, que suelen afectar a personas mayores y jóvenes.
El término Ictus, supone una de las primeras causas de mortalidad en el mundo occidental y la primera causa de incapacidad y coste económico. Además, también es la primera causa de discapacidad permanente en la edad adulta. Muchos de los pacientes que sobreviven sufren secuelas importantes que les limitan en sus actividades de la vida diaria. En España, a pesar de que las enfermedades cerebrovasculares son la segunda causa (la primera en mujeres) de mortalidad, por detrás del infarto de miocardio (Instituto Nacional estadÃstica, 2008), y suponen un coste sanitario muy elevado, la incidencia global de ictus en España se estima que puede oscilar entre 120-350 casos por 100.000 habitantes/año, según las extrapolaciones de los estudios mencionados, multiplicándose por 10 en la población mayor de 75 años de edad
Como la morbilidad por derrame cerebral está disminuyendo, existe un mayor número de pacientes que tienen que vivir con impedimentos residuales. Entre los trastornos más comunes después de un accidente vascular, se encuentran los defectos de campo visual. Se estima que, aproximadamente, el 30% de los pacientes con daño cerebral y el 70% de estos, que corresponden a derrames de la arteria cerebral posterior, sufren defectos visuales. Una explicación de la alta frecuencia de estos trastornos visuales en las personas que han padecido un ictus, radica en que la arteria que lleva la sangre al ojo procede de la arteria carótida interna, que es la misma que lleva la sangre a gran parte del cerebro, y cuando ésta se ocluye, dañará tanto al cerebro como a la vÃa visual, provocando los defectos sectoriales de campo. Cuando existe una parálisis, el campo visual afectado es del mismo lado que el de la parálisis.
Los pacientes que sufren una pérdida sectorial del campo a consecuencia del ictus evidencian grandes problemas de orientación espacial, aunque la mayorÃa de veces presentan una buena agudeza visual tanto en visión lejana como cercana, experimentan diversas dificultades en su vida cotidiana. Es frecuente que, en los inicios de este cuadro neurológico, el propio paciente no sea consciente de ello. El 50% de las personas que sobreviven a un ictus sufre algún grado de discapacidad.