El glaucoma es una enfermedad que consiste en una elevación de la presión del globo ocular, si dura tiempo produce alteraciones del nervio óptico que se traducen en la disminución del campo visual y si no se descubre puede producir la ceguera (es una de las principales causas en los países desarrollados, sobre todo a partir de los 35 años).

De ahí la importancia de que en todo control visual se efectúe una toma de la presión ocular ( por tonometría de aire o de contacto) y una observación de la excavación del nervio óptico, efectuando en el caso de sospecha un campo visual computarizado para el diagnóstico precoz, antes que se manifiesten síntomas de la enfermedad, ya que las alteraciones que se produzcan de la función visual serán irreversibles. Realizaremos la paquimetría corneal, para calcular la presión intraocular corregida, en función del espesor de la cornea. En determinados casos recurriremos también a la Tomografía de Coherencia Óptica (OTC). La retinografía (fotografía del fondo ocular) también nos es de gran utilidad para el seguimiento y control de la excavación del nervio óptico en pacientes que padecen esta enfermedad.

Tiene carácter familiar y hereditario, por eso se debe ser examinado minuciosamente en pacientes con antecedentes familiares (padres, abuelos) o con familiares de primer orden que la padezcan (hermanos, primos).

Existen diferentes formas clínicas del glaucoma: -Glaucoma crónico simple, por cierre de las vías de desagüe del humor acuoso; -Glaucoma de ángulo estrecho, se reduce el paso del líquido por contacto progresivo del iris y la córnea en la periferia de la cámara anterior, pudiendo ocasionar dolor, mareo, vómitos en un ataque de glaucoma agudo; -Glaucoma secundario a varias enfermedades oculares que pueden aumentar la presión intraocular por bloqueo pupilar, por dificultad de drenaje del ojo o ambos mecanismos combinados. También existe el glaucoma congénito por alteraciones congénitas que llegan a producir obstrucción de la vías de drenaje del humor acuoso, por eso debe ser explorada también la presión ocular en los niños y en las personas jóvenes.

En cada caso el oftalmólogo instaura el tratamiento medicamentoso adecuado. Si no se controla medicamentosamente, se deberá recurrir a intervención con Láser Yag o a cirugía glaucomatosa. Remarcaremos que no se puede recuperar lo perdido, pero interesa mantener una situación estable para evitar en lo posible la evolución de la enfermedad, de ahí la vital importancia de una detección precoz de la enfermedad.

Prof. Doctor Fernando-J. Palomar Mascaró. PhD. MUOCV. MSc. DOO. DO. FIACLE. FAAO.
Director CENTROS PALOMAR